Catharine Hill es una marca de maquillaje brasileña creada en 1982, reconocida por su calidad y avanzada tecnología. La empresa está comprometida con la responsabilidad social, y no utiliza ningún componente de origen animal en sus productos.
Catharine Hill ya había realizado campañas con influencers antes, pero no había ningún sector de la empresa dedicado al marketing de influencers. Las colaboraciones se realizaron sin un análisis previo de métricas de perfil, fundamental para entender si existe afinidad entre el influencer y la marca.
La empresa estructuró el sector de influencers y contrató a HypeAuditor para simplificar procesos y evaluar el desempeño de los creadores, con el objetivo inicial de realizar campañas con macro influencers. Sin embargo, con los cambios en los algoritmos de las redes sociales, los profesionales notaron que los influencers más pequeños ganaron credibilidad y construyeron relaciones significativas con el público, y Catharine Hill comenzó a invertir en estos creadores para crear campañas genuinas, con personas que realmente usan la marca en su rutina.